25.11.09

Dónde Miran

Están, por un lado, los que caminan mirando hacia abajo, sin sacar la vista del suelo , como si de esta forma pudieran asegurarse de no pisar nada fuera de lo previsto. Andan encorvados y serios, concentrados en la rectitud de su recorrido, del cual casi nunca se apartan. Parece ser que para ellos el camino es suyo y para nadie más. Lo que los rodea no les importa. Aquellos que caminan con la vista baja suelen ser también los que más rápido andan y nunca frenan. Son autómatas del caminar que miran solo su sendero y si algo se cruza en el simplemente lo esquivan, lo pisan o lo ignoran.


(Es extraño, pero estos también presentan características (o faltas) especiales de convivencia: nunca ceden el paso, no miran al cruzar, no sostienen la puerta a las señoras mayores, no dicen Permiso, ni Gracias, Ni De Nada y el Perdón está fuera de su vocabulario. Jamás se vio que alguno de ellos detenerse para pensar su destino.)


Muy seguido pasa que dos de estos se encuentran, o mejor dicho se chocan. Dos masas humanas que abstraídas de todo lo demás se cruzan sin quererlo y producen un quiebre en ese camino allanado que pensaban tener. Sin embargo ni siquiera en ese momento las miradas se posan en el otro, simplemente se acomodan para seguir como venían, en su ajena realidad.


Están también los que caminan mirando hacia adelante, observando el mundo que los rodea. Con su vista recorren las miradas de los otros y reducen la marcha para poder observar mejor. Para ellos el camino es ancho, claro y previsible, porque con la vista puesta en el horizonte pueden imaginar lo que va a venir. Saben así que pueden andar más lento, sus pisadas son más meditadas que las de los demás. Son gente que quiere saber que vendrá en los pasos siguientes y que saben que el presente se vive pensando en el futuro.


Es normal que dos de los que miran hacia adelante se encuentran. Cuando esto sucede lógicamente sus ojos también lo hacen. Porque los ojos no solamente miran, sino que también recuerdan y por eso, si es que alguna vez vuelven a encontrarse, sabrán reconocerse el color, la dirección y la profundidad de la mirada.

17.11.09

Memoria

En la mano
tuvo que escribir
para no olvidar
un cuento
de un hombre
que era incapaz
de pensar
todos sus actos
dividirlos
en las oraciones
más cortas
o breves
oraciones, no
palabras
o
letras
y
...
.

10.11.09

La Isla de las Flores

Les dejo un video muy interesante, para pensar un poco.

8.11.09

Vida

Le damos la bienvendia a Mario, mi Bonzai.
Es un Ombú y me lo regaló mi viejo a partir de una rama de su propio Bonzai.
Todo empezó cuando mi viejo, mientras podaba su arbolito partió una ramita que estaba verde. Enseguida la puso en un vaso de agua para que heche un raicita y una semana después la transplanto a la mazetita que tiene hoy. Dos semanas después llegó otra vida a casa (se suma a Plantis, que después de sufrir el invierno ya saco varias hojas nuevas y un brote copado abajo)

Las primeras fotos:




3.11.09

Definición (cuento muy corto)

Para la derecha, hacia el último vagón. Casi siempre encontraba lugar donde sentarse cuando iba para ahí. Arias se sentó entre una chica que a primera vista parecía lo más aceptable del vagón y un cincuentón que dormía sin soltar el diario. “Me siento viejo”, pensó mientras se acomodaba el saco sobre las piernas. Treinta y cinco años recién cumplidos hoy. Apenas se había levantado recibió el primer llamado de felicitaciones, era mamá que le deseaba un hermoso día en este año nuevo. No se sentía distinto, pero desde hace un par de meses, entre el estudio, el nene y el cansancio se sentía viejo. Le pareció una exageración, demasiado para sentirse así. Se sentía menos joven, eso seguro que sí.