Fuí a hacer las compras. Metí el vuelto, que había sido de $5 con algunos centavos, entre el papel higienico, las galletitas, la leche, el jabón y las dos barras Quacker que compré. Cuando llegue a casa me tocaron el timbre y para mi sorpresa era el portero que venía con el vuelto que se me había caido en el hall.
"Lo encontró una vecina y yo te había visto pasar a vos y supuse que era tuyo." Me fije en la campera y efectivamente las moneditas estaban solas en uno de los bolsillos. "¡Uy!Muchas gracias, ni me había dado cuenta" le contesté.
Un diez para la vecina y un once para el portero que como muchos otros se podrían haber hecho los boludos.